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Sentado a la orilla de la playa miro como el mar viene y va… como lentamente la espuma en su ir y venir me recuerda lo efímero que es todo… como a veces las palabras no son más que símbolos agrupados uno al lado del otro que juntos únicamente forman ideas; ideas importantes para unos y sencillamente para otros no…
Pensando en la relatividad de todo me viene a la mente un concepto que escuché una vez… “bien posicional”… se refiere al valor que tiene algo que solo corresponde a lo que uno mismo lo valora; es decir, una cosa vale lo que tu la valores y solo por qué tu le das tal valor… únicamente para ti y para los demás no. Este concepto me da vueltas en la cabeza incesamente junto a la pregunta de si la amistad, la confianza y el cariño son bienes posicionales y sencillamente no tienen el mismo valor ni cuantía para todos…
Cabe también la posibilidad de que lamentablemente yo valore demasiado determinadas cosas y crea que los demás tendrían que estimarlas de la misma forma… al fin y al cabo no todos somos iguales ni pensamos de la misma manera; lamentablemente no me consuela en lo más mínimo creer que soy un bicho raro que considera que la confianza es la base sobre la que se asienta todo y que sin ella nada puede existir… nada…
… NADA, que fea palabra... es una de las más terribles que existen; la ausencia total y absoluta de algo, el vacío, la total oscuridad, el silencio… la antimateria, la soledad, la perdida y la búsqueda… la falta y la necesidad… la nada es lo que queda cuando no hay confianza…
El mar sigue y seguirá eternamente redundando en la arena, como si repitiera las cosas una y otra vez de una forma incansable e interminable, ir y venir constante e implacable, al igual que nosotros cometiendo los mismos errores, chocando una y mil veces contra las mismas rocas. Me consuela pensar que con el paso del tiempo el agua consigue abrirse camino, desgastar la piedra, romperla y hacerla cambiar hasta convertirla en fina arena. Puede que sea cierto que es necesario intentar una y otra vez para conseguir algo… puede que incluso sea necesario…
Espero que todas mis tonterías mentales me sirvan de algo, que darle una y mil vueltas a las cosas haga que acabe de comprender que los “bienes posicionales” existen, que cada uno valora las cosas como considera o como mejor le conviene y que quizás… la confianza no sea un valor en alza en este mundo tan extraño que vivimos… ojala acabe aceptandolo, aunque… curiosamente, me niegue a ello con todas mis fuerzas.
